Proactividad en gestion de cobranza

Ya es sabido que los héroes de cómics están hechos de acero o tienen superpoderes especiales que les permiten enfrentar a sus archienemigos en las situaciones más inesperadas, con sólo quitarse los anteojos y salir de una cabina telefónica trajeados de látex. Pero la vida real, y en especial en el entorno de gestión de cobranza, dista mucho de las tensiones dramáticas que tanto bien hacen a las historietas, y al final de cuentas todos queremos que las cuotas de problemas se reduzcan al mínimo posible cuando se trata de nuestros asuntos.

Nuestra empresa, que viene a ser una extensión importante de nuestra vida en la que hemos invertido pasión, esfuerzo y dinero, no escapa de esta realidad: cuantos menos flancos tengamos que enfrentar como “problemas”, mejor. La previsión, por tanto, resulta la opción más conveniente, pues permite sortear los problemas, y en el peor de los casos anticiparnos a los mismos y esperarlos muy preparados.

En lo referente a la gestión de cuentas por cobrar, muchas empresas optan de manera inteligente, por un equipo entrenado para monitorear los pagos de los clientes y canalizar acciones anticipadas, antes que reaccionar a las deudas como problemas propiamente dichos. He ahí el secreto de la gestión de cuentas por cobrar proactiva: entender los pagos como parte circunstancial de una relación comercial, cuyo proceso se va desarrollando de manera sistemática en el tiempo, y no la deuda como problema, cuya resolución puede implicar la ruptura con el cliente.

 

La proactividad en la gestión de cuentas por cobrar es un superpoder silencioso que los empresarios han adquirido, muchas veces tras experiencias negativas de las que aprendieron que anticiparse a la morosidad es mejor que librar batallas contra quienes fueron sus clientes.

 

Esto se dice fácil, pero ¿cómo conseguirlo? Siendo proactivos y no reactivos, como ya hemos dicho anteriormente. Es decir, todo se trata de ser estratégicos como empresarios. Idealmente, una empresa especializada en la gestión de cuentas por cobrar garantizaría una gestión de cobranza 100% proactiva, con el valor agregado de la tercerización de la gestión de cobranza. Dicho de otro modo, el empresario no tendrá que lidiar directamente con sus deudores. En caso de que la compañía cuente con un área de cobranza, se debe fomentar la productividad, la sistematización en el proceso de recopilación y manejo de la información, el contacto continuo y la alta calidad de las tácticas de comunicación con los clientes. En resumen, debemos frenar la morosidad de los clientes antes de que comience

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