Si algo caracteriza una cobranza efectiva, es su sentido de proactividad, pues en muchas ocasiones de esto depende la responsabilidad de los pagos por parte del cliente y la continuidad de buenas relaciones comerciales con el mismo. Por eso, como en el fútbol, el “marcaje” de nuestros clientes implica que como empresarios seamos ágiles, dinámicos, oportunos y resolutivos en el proceso de cobranza.
Esto puede parecer una tarea cuesta arriba para empresas en pleno crecimiento, que no necesariamente cuentan con un sistema y personal cuyas funciones estén específicamente definidas como gestión de cobranza. Sin embargo, hablamos de un verdadero punto de inflexión en el proceso de expansión y fortalecimiento que toda empresa desea alcanzar y superar, naturalmente.
Entonces, en virtud de que la empresa ha alcanzado cierto desarrollo comercial, el empresario debe preguntarse si la estructura actual soporta adecuadamente la gestión de cobranza, o si, por el contrario, los llamados Dolores del Crecimiento han comenzado a aquejar su compañía, generando un notable desequilibrio entre éxito en ventas y operatividad.
Si es el caso, ha llegado el momento de repensar la estructura y dinámica de cobranza de la empresa, que más allá de las estrategias de recuperación, contempla la implementación acertada de tácticas bien definidas y el monitoreo de resultados en corto, mediano y largo plazo. En este punto, resulta vital ser consciente de que un software de cobranza podría resolver sólo una parte del problema operativo, mas no los problemas estructurales y funcionales, sin contar con la inversión de capacitación y tiempo que implica.
Otro aspecto importante a evaluar son los costos involucrados en la optimización de la gestión de cobranza, en términos de capacitación de un personal con conocimiento especializado, abocado al trabajo con los clientes deudores, con su respectivo salario e incentivos, además de la adquisición de sistemas informáticos para estas tareas.
Utilizar un servicio especializado como el que ofrecemos, podría ser la opción aconsejable, pues su empresa obtendría los beneficios de un equipo experimentado a dedicación exclusiva de la cobranza de deudas contraídas con su empresa, sin tener que hacer grandes alteraciones en su infraestructura.
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