Todo empresario es consciente de que las cuentas por cobrar constituyen uno de los activos más importantes de su negocio. Sin embargo y como ya hemos tratado en un artículo anterior sobre las excusas más comunes que utilizan algunos clientes para no pagar o retrasar sus pagos, el tiempo es un factor sustancial ya que debemos garantizar el flujo de caja, es decir, la disponibilidad del efectivo para el funcionamiento operativo de la empresa.
Por eso queremos referirnos en esta oportunidad a los Días Calle, un indicador que en el contexto de las cuentas por cobrar hace referencia al tiempo que trascurre entre el momento en que otorgamos un crédito a un cliente, y el momento en que se realizan los pagos, es decir, el tiempo de retorno de las cuentas por cobrar. Como los Días Calle se cuentan a partir del crédito, cuando en una empresa se incrementan las ventas a crédito y se generan nuevas cuentas por cobrar, los Días Calle disminuyen, es decir, mejora el indicador. Si por el contrario disminuyen las ventas a crédito, el ritmo de cobranza de los créditos existentes baja y los Días Calle se incrementan, empeorando este indicador.
Todo gestor de cuentas por cobrar debe estar al tanto de las relaciones fluctuantes entre estas variables, complementando su análisis de los números reflejados en los estados financieros, de esta forma podrá tener claridad y control sobre la situación del flujo de caja.
Para las empresas de cobranza no sólo es importante el tiempo de retorno de activos, sino el ritmo en que se ejecutan esos retornos, y para ello implementamos indicadores como el Índice de Días Calle, para calcular el tiempo de recuperación de la cobranza. Se trata de un indicador preciso y eficiente ya que se basa en las ventas a crédito que aún no han sido cobradas, y permite además saber si deben tomarse acciones correctivas a tiempo para lograr la cobranza, un aspecto que está en consonancia con el principio de la Cobranza Proactiva*² que ejercemos.
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