En el entorno gerencial, la figura de Entrevistas de Permanencia cada vez toma mayor fuerza en un paisaje laboral altamente competitivo y en constante cambio. Con un propósito similar a las Entrevistas de Salida, el objetivo de estos encuentros es recabar información y captar señales de inquietud, aspiraciones e incluso molestias veladas de los trabajadores, con el objetivo de reducir la rotación de Colaboradores en un porcentaje significativo. Por tanto, las Entrevistas de Permanencia, a diferencia de las de Salida, tienen un carácter preventivo conveniente para quienes han logrado reunir un equipo de trabajo óptimo y desean cohesionarlo.
Aunque informales y en muchas ocasiones circunstanciales, el tema de conversación de estas entrevistas está plenamente definido: Se habla sobre el ambiente de trabajo, el progreso profesional y las perspectivas de crecimiento de la empresa. Aunque su finalidad principal es escuchar, todo jefe de personal o encargado de Recursos Humanos puede exponer los temas ante el interlocutor, citando eventos recientes o proponiendo el análisis de escenarios de un futuro inmediato factible. En todo caso, las premisas de estas conversaciones deben ser la transparencia y la bidireccionalidad, donde cada lado escuche con atención al otro y a continuación se hagan preguntas que revelen los niveles de satisfacción del trabajador.
Entre las muchas interrogantes que se pueden incluir en las Entrevistas de Permanencia, sobresalen 5 principales:
- ¿Qué le gusta de su trabajo?
- ¿Podría describir un buen día de trabajo que haya tenido recientemente?
- ¿Siente que sus habilidades están siendo utilizadas al máximo?
- ¿Siente que es reconocido por hacer un buen trabajo?
- ¿Siente que le tratan con respeto?
Aunque no se hagan literalmente, estas preguntas ayudan a proyectar una vida laboral de manera efectiva y directa, y tienen el potencial de “abrir compuertas” que ayuden evidenciar un panorama amplio y sincero de la experiencia del trabajador. Las Entrevistas de Permanencia envían un poderoso mensaje de confianza, ya que los colaboradores se sienten valorados y son testigos del interés que tienen los líderes en saber qué está funcionando en la empresa y qué no, para tratar de hacer algo al respecto. Por esto constituyen un recurso gerencial que ayuda a tener una perspectiva sobre cómo optimizar el ambiente y equipo de trabajo en la empresa al tiempo que se mejoran las habilidades de liderazgo.
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